A la hora de plantearse adquirir un coche, es inevitable considerar hacerse con un coche eléctrico. Aunque puede que su precio sea algo más caro que los de combustión, sus ventajas pueden hacer que sea la elección ideal para ti. Especialmente, si solo te mueves por entornos urbanos.
En este artículo te vamos a explicar por qué comprar un coche eléctrico en 7 sencillas razones.
1. Eficiencia energética
La tecnología que utilizan los motores eléctricos es, actualmente, la cumbre de la eficiencia energética en el automovilismo. Los vehículos eléctricos están preparados para aprovechar alrededor del 90 %, mientras que los de combustión solo usan el 50% de la energía generada durante el proceso.
Esto supone que el consumo de un coche eléctrico también será menor que el de un coche convencional de combustión.
2. Repostaje económico
La ventaja más evidente para la mayoría de los conductores con coches eléctricos es el ahorro en cada repostaje. Dependiendo de la tarifa que se tenga contratada o del cargador público que se use, el ahorro será mayor o menor, pero, sin duda, siempre será más barato que la gasolina o el gasoil.
3. Cero restricciones en ciudades
Con la nueva Ley de Cambio Climático, todas las grandes ciudades de España deben contar con una Zona de Bajas Emisiones en las que los vehículos más contaminantes tienen restricciones de aparcamiento o incluso de circulación. Estas prohibiciones dependen de la etiqueta que tenga cada coche.
Los coches eléctricos cuentan con una etiqueta Cero Emisiones, que acredita que son los vehículos más ecológicos. Con este distintivo, se puede circular y estacionar libremente en cualquier ZBE. Esto es especialmente importante en ciudades como Madrid o Barcelona, donde las ZBE son bastante amplias y ocupan sectores céntricos. Un coche eléctrico permite despreocuparse.
4. Sin contaminación
Se puede intuir de la anterior ventaja que los vehículos eléctricos no contaminan, pero eso va más allá de poder circular libremente por las ciudades. Tener un coche eléctrico implica dar un paso hacia un mundo más sostenible y a eliminar la contaminación urbana.
5. Mantenimiento barato
Los coches con motores convencionales requieren de un mantenimiento constante. Por su funcionamiento, los componentes están en continua fricción y se desgastan más rápidamente. El embrague, la correa de distribución, la lubricación… Todos esos son elementos que no están en un coche eléctrico.
Eso no significa que los coches eléctricos no necesiten mantenimiento. Como cualquier otro vehículo, hay que cuidar los neumáticos, frenos, faros y otras partes imprescindibles para la circulación. Además, también hay que tener en cuenta que la batería habrá que cambiarla en algún momento.
No obstante, mantener en buen estado un coche eléctrico es considerablemente más barato.
6. Menos impuestos
Cuando se adquiere un vehículo, los compradores están obligados a pagar varios impuestos. No obstante, como la Administración Pública busca que cada vez haya más vehículos eléctricos, puede que los compradores estén exentos de pagar alguno de ellos o que lo hagan de forma muy reducida. Dichos impuestos son:
- Impuesto especial sobre determinados medios de transporte (IEDMT): también conocido como impuesto de matriculación. Los coches eléctricos no tienen que pagar nada.
- Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM): al que habitualmente llamamos impuesto de circulación. Al ser municipal, varía según la localidad de residencia. Por ejemplo, en Madrid está bonificado al 75 %.
- Impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF): los autónomos y empresas pueden beneficiarse de una retribución en especie en el IRPF de los empleados en hasta un 30 %.
- Impuesto general indirecto canario (IGIC): en las islas Canarias, el IGIC de los vehículos eléctricos es del 0 %.
7. Conducción silenciosa
¿No es molesto cuando un coche o una moto da un acelerón ensordecedor? Los coches eléctricos son completamente silenciosos y no emiten vibraciones. Por tanto, la experiencia de conducir es muy cómoda. Se puede mantener una buena conversación dentro del coche y mantener la música a un volumen que no dañe los tímpanos ni moleste a las personas que se crucen con el coche.
