A medida que la flota de vehículos eléctricos en España va creciendo, empieza a ser necesario pensar en cómo se van a gestionar los residuos que generan. Las baterías están hechas con metales críticos altamente contaminantes, por lo que desarrollar tecnología e industrias capaces de tratarlas se antoja fundamental en los próximos años.
Se estima que la vida útil de la batería de los coches eléctricos ronda los 10 años, aunque hay trucos para alargarla. Por tanto, a final de la década serán miles las toneladas de residuos que habrá que tratar. Aunque las estimaciones son dispares, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) pretende que para 2030 haya 5,5 millones de vehículos eléctricos circulando por España. Dicho despliegue supondrá alrededor de 35.000 toneladas de baterías al año.
Ayudas para el reciclaje
Al pensar en las baterías de los vehículos eléctricos no nos podemos quedar únicamente en los coches. Cada vez utilizamos más dispositivos, como patinetes, motos, teléfonos móviles y ordenadores que cuentan con baterías y tienen que ser tratadas.
Ante esta realidad, la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagensen, ha anunciado que el Gobierno tiene previsto lanzar un plan de ayuda para impulsar el reciclaje de las baterías al finalizar su vida útil. Sin embargo, no se han dado más detalles. Se desconoce quién podrá acceder a esas ayudas, la cuantía ni el momento en el que se empezarán a dar.
Este anuncio se ha hecho en el marco de la presentación del Anuario de Movilidad Eléctrica de la Asociación para el Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE). Con este informe, la asociación arroja datos sobre el estado del mercado eléctrico en 2023 y las previsiones para 2024. De todos ellos, destaca que han proliferado los puntos de recarga rápida y ultrarrápida desde 2022, creciendo un 90 % y un 95 % respectivamente, aunque el índice de uso de los cargadores públicos aún es bajo porque los conductores prefieren instalar puntos de recarga en sus hogares.
Otras ayudas a la movilidad
El Gobierno de España, según informa la secretaria de Estado de Energía, ha movilizado alrededor de 1690 millones de euros en los tres planes Moves financiados con fondos europeos Next Gen. De los tres planes, aún hay unos 140 millones de euros disponibles para ayudar a la compra de vehículos eficientes. El plan Moves III se extendió hasta julio de 2024 y los beneficiados pueden conseguir ayudas de hasta 9000 €, dependiendo del tipo de vehículo que se adquiera.
¿Cómo se recicla una batería?
Reciclar una batería es un proceso muy costoso y complicado que comienza por la recogida de los residuos. El Consejo y el Parlamento europeos aprobaron en verano de 2023 un reglamento estricto con el que se busca fomentar la economía circular en todo el ciclo de producción. Las empresas productoras deberán hacer un esfuerzo por fomentar la recogida de todo tipo de materiales, especialmente los metales críticos como el manganeso, el cobalto, el silicio y el litio.
La norma dictamina que en 2027, los productores deberán recoger al menos el 63 % de las baterías y un 73 % en 2030. Estas cifras se reducen ligeramente en el caso de bicis y patinetes eléctricos. El litio deberá recuperarse en un 50 % en 2027 y un 80 % a finales de 2031. A la hora de fabricar nuevas baterías, los compuestos deberán tener un porcentaje mínimo de materia reciclada. En el caso del cobalto será del 16 %, el níquel y el litio se queda en el 6 %, pero el plomo, que es el compuesto más fácil de reciclar, será del 85 %.
Empresas de reciclaje de baterías
En España, actualmente no contamos con ninguna industria dedicada al reciclaje de baterías de vehículos eléctricos. Por tanto, prácticamente todo lo que se recoge se manda al extranjero. Sin embargo, esta ausencia de empresas tiene los días contados, porque hay dos grandes proyectos desarrollándose.
La primera empresa, BeeCycle, es el resultado de las negociaciones de la empresa española BeePlanet Factory y la coreana SungEel HiTech, que ya tiene otras plantas en Europa. Está actualmente desarrollándose en Navarra y se encargará únicamente del pretratamiento mecánico de baterías de automoción, mayoritariamente de ion-litio: descargará las batería y separará los componentes plásticos, metálicos y férricos para su trituración. Como resultado se obtiene una masa negra (black mass) donde están disueltos el cobalto, el níquel, el manganeso y el litio. Esta black mass se mandará a alguna de las fábricas del consorcio coreano, donde se realizará el costoso proceso hidrometalúrgico que separa los distintos componentes y los prepara para volver a utilizarse en la fabricación de nuevas baterías.
Novolitio será otra planta que prevé abrir sus puertas en 2025 en León, aprovechando las instalaciones de una central eléctrica que se está desmantelando. En este caso, aunque también producirá black mass, sí aceptará baterías de litio de cualquier química y origen. Además, pretende recuperar los módulos de la batería que aún se puedan utilizar y reacondicionarlos.
Iberdrola también ha anunciado un proyecto, pero aún no sabemos mucho más sobre él. En total, se esperan tratar 45 000 toneladas de residuos al año. Además, por toda España se están investigando nuevas formas de separar y aprovechar los componentes químicos de las baterías para hacer el proceso de reciclaje más eficiente y rentable.